Además de elegir un buen producto, es necesario saber cómo presentarlo ante nuestros invitados. Por eso, hoy vamos a darte unas sencillas pautas para que la presentación de tu jamón sea todo un éxito.
En primer lugar, hay que destacar que el jamón debe servirse a temperatura ambiente sobre un plato que no esté frío sino templado. A esta temperatura se potencian mejor las cualidades del producto y permite que se desprendan mejor las lonchas.
De igual forma, te recomendamos que el plato que elijas sea de porcelana blanca sin ninguna decoración, con un diámetro de entre 30 y 33 cm y que sea lo más plano posible. Así el verdadero protagonista será, sin ninguna duda, el jamón.
El tamaño de las lonchas es fundamental y lo ideal es que sean uniformes y finas, casi transparentes, con una longitud que ronde los 5 cm. Con este tamaño facilitaremos que se puedan introducir en la boca de un solo bocado.
A la hora de distribuirlas, calcularemos una media de 20-25 lascas por plato y las coloraremos de forma que queden intercaladas lonchas de diferentes partes del jamón. El resultado será mucho más vistoso.
También debes tener en cuenta que se deben colocar desde el exterior al interior del plato, hasta conseguir la forma deseada. Si no tenemos mucha experiencia con el emplatado es mejor que hagamos una presentación sencilla de solo una capa.
Igualmente, se recomienda orientar la grasa del jamón hacia el interior del plato por estética. Y, por último, no hay que olvidarse de limpiar cualquier resto de grasa del plato para lograr una presentación limpia y pulida.
Si necesitas más consejos sobre cómo emplatar tu jamón, lo mejor es que acudas hasta nuestro Foodmarket y disfrutes junto a nosotros de un buen plato realizado por profesionales. Te ayudará a resolver dudas a la hora de la presentación y, a su vez, comprobarás la mezcla de sabores que produce un buen emplatado.