La leyenda más interesante, cuenta que un cerdo cayó en un arroyo y se ahogó en sus aguas que tenían un elevado contenido en sal. Después de un tiempo, cuando el arroyo estaba seco por el verano, unas personas que pasaban por allí se encontraron con el cerdo salado y se animaron a comérselo. ¡Descubrieron un manjar!
Desde entonces cuando sacrificaban a un cerdo, lo salaban para obtener ese delicioso sabor que la naturaleza les había enseñado.
Pero la verdadera historia del jamón se remonta al Imperio Romano. La necesidad por conservar los alimentos en buen estado, llevó a que salaran las carnes para evitar la putrefacción. De esta manera las podían almacenar y mantenerlas comestibles durente largos periodos de tiempo.
La verdadera historia, no es tan divertida como la otra, pero lo innegable es que el jamón, ha sido el mejor descubrimiento del hombre.
Lo innegable es que el jamón, ha sido el mejor descubrimiento del hombre.