El mundo del jamón es complejo y existe mucha desinformación acerca de él. Por eso, no es de extrañar que muchos consumidores se sorprendan cuando acuden a un establecimiento a comprar jamón y se dan cuenta de la gran variedad de precios que hay para un mismo producto.
¿Cuál es la diferencia entre una pata de jamón de 40 euros y otra de 300 euros? Hoy trataremos de explicar los factores que influyen en el precio final.
La clave principal se encuentra en el proceso de fabricación, que es uno de los responsables de dictar el precio final.
Además, está claro que la materia prima también fijará la calidad del producto. No es lo mismo un cerdo ibérico de bellota que se alimenta de bellotas y que ha sido criado en las dehesas que otro cerdo que ha sido alimentado con piensos.
Criar un cerdo ibérico de bellota es mucho más caro y complejo porque depende de unas determinadas condiciones meteorológicas y necesita de una atención personalizada. Es un producto artesanal, cuidado en todos sus sentidos para garantizar el resultado final.
Asimismo, hay que puntualizar que el cerdo ibérico tiene un ciclo establecido y obedece a una determinada época del año, mientras que el cerdo blanco es más flexible y puede conseguirse durante todo el año.
Otra de las diferencias reside en el tiempo de curación del jamón. Hay piezas que tienen una maduración que se extiende de los 40 a los 48 meses. Otras, tan solo tienen 10 meses o incluso menos.
Recuerda que el jamón ibérico tiene un sabor único, es más saludable y, por tanto, su precio es mayor. Te recomendamos que acudas siempre a lugares especializados como Jamón Everybody para saber qué tipo de producto vas a comprar.