La dieta del vino y del jamón es un régimen diseñado para perder entre cuatro y seis kilogramos en cuatro semanas, aunque como explica su creador, Ruben Bravo, experto en nutrición y gastronomía del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), es importante tener en cuenta las instrucciones nutricionales individuales previstas para mujeres, hombres o deportistas.
Se basa en el consumo diario de dos superalimentos: el vino y el jamón ibérico. “Tanto el jamón ibérico como el vino tinto son dos alimentos con demostradas propiedades para la salud, y que en un consumo moderado y pautado nos ayudarán a prevenir multitud de enfermedades del corazón y degenerativas, al mismo tiempo que notaremos su efecto reconstituyente, aportándonos una sensación de vitalidad diurna y descanso nocturno”, resalta Bravo.
Está demostrado que tomar vino tinto con moderación puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria, arterioesclerosis, Alzhéimer o demencia, según explica el experto de IMEO. Su consumo durante miles de años le ha atribuido los efectos de elixir de larga vida gracias a su capacidad de retrasar el envejecimiento celular del organismo.
Tal como recuerda Bravo, el francés Serge Renaud afirmó en el Congreso Vinsalud del 2002 en Santiago de Chile, las personas hipertensas que consumen vino tinto con frecuencia pero con moderación, reducen hasta un 40% el riesgo de mortalidad por episodios cardiovasculares. Igualmente desde que en 1997 se publicase en la revista Science un trabajo de la Universidad de Ilinois sobre la capacidad del resveratrol como inhibidor de las células cancerígenas, se han producido multitud de estudios posteriores contrastando estas afirmaciones.
El jamón, por su parte, es una fuente de hierro y vitaminas del grupo B, necesarias para el funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y para mantener la masa muscular sin carencias en aminoácidos esenciales. El perfil lipídico del jamón ibérico destaca por su bajo contenido en grasas saturadas y un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados como el ácido oleico, que favorece la salud cardiovascular.
El jamón de bellota es la mejor opción entre los ibéricos, ya que es un alimento bajo en grasas menos saludables, con un complejo de vitaminas muy elevado y con un 50% más de proteínas de alta biodisponibilidad que el resto de carnes frescas. “Pautamos unos 120 gramos tanto para hombres como para mujeres, distribuidos en desayuno y cena, y nuos 150 gramos para aquellos que practiquen deporte, aunque comenzaremos a disfrutar sus efectos terapéuticos a partir de los 50 gramos al día”, según indica el experto del IMEO.
Los estudios que apoyan los beneficios del jamón ibérico para prevenir y mejorar las enfermedades del corazón son más recientes que los del vino tinto, y rompen con la controversia entre profesionales que lo encuadraban como perjudicial, y el grupo de especialistas como Rubén Bravo, autor de la dieta, que lo defendían argumentando que no es cierto que eleve los triglicéridos, engorde y favoresca la hipertensión… Su efecto es todo lo contrario, tal como demostró en febrero de 2015 un estudio realizado por el Hospital Ramón y Cajal dondecomprobaban sus beneficios sobre la memoria, en su reducción de la tensión arterial, y como potente vasolidatador proporcionando un importe efecto antioxidante, según reveló José Sabán, responsable de la Unidad de Endotelio y Medicina Cardiometabólica del hospital madrileño.
“El jamón ibérico se puede añadir de forma habitual como picoteo o aperitivo en las cenas, una costumbre que cada vez observamos más en las consultas, sobre todo en personas muy ocupadas y con falta de tiempo para preparar platos más elaborados”, sugiere Bravo.
Para beber, recuerda que puedes beber agua sin límite. En cuanto al vino, el patrón de consumo diario recomendado de tinto es de una copa de 150 ml en el caso de las mujeres y hasta dos copas de la misma cantidad en los hombres, repartida en la comida y la cena.
El vino debe ser tinto, según aconseja Rubén Bravo, quien explica que la potente terapéutica del resveratrol y los taninos se encuentran principalmente en la piel de la uva, y en el caso del vino tinto la maceración en su proceso de elaboración se realiza con la uva completa, algo que no ocurre con el vino blanco.
Dentro de los vinos tintos recomienda los elaborados con la variedad de uva Pinot Noir, Merlot y Tempranillo, al encontrarse entre las tres variedades con más concentración de resvaratrol, como por ejemplo, el Marqués de Vargas, elaborado con Tempranillo, Mazuelo, Garnacha y otras, y/o el Conde de San Cristóbal, con Cabernet Sauvignon y Merlot.
Todos los días durante las cuatro semanas de la dieta se incluye el vino tinto y el jamón ibérico, al mismo tiempo que una gran variedad de alimentos nacionales preparados, en su mayoría, de manera tradicional. Para más información le recomendamos visitar la página web del autor>>